miércoles, 17 de febrero de 2016

Dirigir un proceso de cambio organizacional

Siempre un cambio organizacional requiere una mirada política y humana. 

Concentrarse solo en la perspectiva racional y administrativa no produce los mejores resultados. 


Hoy en día las organizaciones enfrentan casi de manera permanente diferentes procesos de cambio. Reestructuraciones, incorporación de nuevas tecnologías, cambios de estrategias, son solo algunos de muchos ejemplos. 

Estos pueden ser gatillados por fuerzas internas, por ejemplo, la decisión de mejorar la eficiencia organizacional, o por fuerzas externas, como una innovación tecnológica en la industria que se opera.
Imagine usted la complejidad que enfrenta un director de hospital en Chile, al querer abrir una nueva área de especialidad médica. Las decisiones y acciones a tomar son de índole financiero, tecnológico y de recursos humanos, a lo menos. El enfrentar estos cambios de manera efectiva es hoy imperativo. 

No hacerlo puede implicar perder oportunidades de crecimiento, desarrollo de nuevos productos, ingresar a mercados, pérdida de reputación, conflictos internos, o disminución de productividad.

En mi experiencia, la gestión de procesos de cambio en las organizaciones suele ser vista con preocupación y ansiedad por quienes deben hacerse cargo de los mismos. 

La sensación es muchas veces de no saber dónde comenzar. 

Son demasiadas las aristas relevantes a considerar en un proceso de cambio. ¿Debo comenzar por rediseñar los procesos, cambiar la estructura, capacitar a las personas, identificar posibles resistencias?

Quizás el origen de esta confusión radica en la naturaleza sistémica de las organizaciones. 

Estas pueden ser vistas en su esencia como articulaciones del trabajo humano para alcanzar un conjunto de objetivos. 

Desde una perspectiva racional de la administración, algunos componentes básicos de un sistema 
organizacional son: Los procesos para alcanzar esos objetivos, la distribución de las tareas que se desprenden de esos procesos en un grupo de cargos, la colocación en esos cargos de las personas con los conocimientos y habilidades adecuados, y la alineación de las personas con todo lo anterior a través del compartir un conjunto de valores y normas de comportamiento.

PERSONAS Y POLÍTICA
Sin embargo, existen otros dos componentes adicionales de un sistema organizacional con frecuencia desconsiderados por la administración tradicional: estos son los aspectos humanos y políticos de una organización.

Es aquí donde muchas veces nos encontramos con la dificultad de hacer cambios en el barco sin que este se detenga. 

Por ejemplo, puede ser necesario pedirles a las personas que cumplan con su trabajo habitual, y a la vez sacarlas de la comodidad de sus rutinas diarias, requiriendo su cooperación con el cambio. Esto es similar a tener que seguir navegando y cambiar el mástil, como me comentó hace poco un ejecutivo de una transnacional del sector alimentos.

Entender cómo las personas perciben la situación a enfrentar, y ayudarlas a adaptarse, en lo emocional, en sus creencias, en sus relaciones interpersonales (sí, los cambios pueden desarticular y rearticular relaciones humanas), y por supuesto en lo técnico.

Desde una perspectiva humana las personas no se alinean de manera automática e inmediata con un proceso de cambio organizacional. Las personas tenemos nuestros propios proyectos de vida, intereses, preocupaciones, problemas y necesidades personales.

Por ejemplo, el interés personal de tener un balance entre trabajo y vida personal no siempre es consistente con las exigencias de un proceso de cambio, que nos puede demandar trabajar hasta altas horas, o lejos del hogar.

Por último, desde una perspectiva política, las organizaciones tienen una vida propia. Al interior de cualquier organización hay grupos de interés, alianzas, y conflictos entre grupos. Los procesos de cambio muchas veces afectan los intereses de grupos y personas al interior. 

Por ejemplo, algunos pueden perder poder, experimentar cambios en sus cargas de trabajo, o incluso perder reputación interna. Frente a situaciones como estas es común observar cómo surge la falta de compromiso, e incluso la oposición al cambio.

Incluso, si miramos al exterior de la organización, los procesos de cambio también se enfrentan con los intereses y preocupaciones de grupos externos, como la comunidad donde las organizaciones operan, sus usuarios o clientes, y los organismos reguladores.

Ahí, en el exterior de la organización, también existe un mundo de grupos de interés, algunos de los cuales se pueden sentir amenazados, o apoyan, o son indiferentes al proceso de cambio. Todo lo anterior hace imprescindible tratar a tiempo las dimensiones humanas y políticas del cambio.

Dado el carácter sistémico de las organizaciones, la solución difícilmente radica en tratar el tema desde un solo enfoque disciplinario. La gestión exitosa de los procesos de cambio no es solo la búsqueda y persecución de una solución desde la administración racional de las empresas. Es un tema que además debe ser mirado y tratado desde una perspectiva humana y política.

Los desafíos de dirigir un proceso de cambio hacen que la dirección unipersonal, el líder tipo "Llanero Solitario", constituya un enfoque insuficiente. Para enfrentar la complejidad multidimensional de los procesos de cambio existen algunas tareas básicas que ayudan a dirigir estos procesos. 

Entre otras, dos buenas prácticas para la gestión del cambio son: 1) la formación de un equipo para liderar el cambio, y 2) preparar una adecuada estrategia de comunicación para el proceso de cambio.

Bibliografía

Ediciones Especiales El Mercurio. (2016). Dirigir un proceso de cambio organizacional. 30 de enero de 2016, de Economia Y Negocios Online Sitio web: http://www.economiaynegocios.cl/noticias/noticias.asp?id=222564


Conclusión personal ( César Lima Montero ):

La naturaleza del trabajo administrativo varía segun el caso de uso que se le de, debido a esto debemos tomar encuenta que siempre van a existir varios caminos a tomar por lo que debemos estar bien preparados para analizar un problema desde dos o hasta tres puntos de vista.

2 comentarios:

  1. La organización es la fuente del éxito, de esto se respaldan los factores que muchos desconocen o ignoran, pero que son esenciales el recurso humano y la política en la empresa, el factor humano es primordial porque de él provienen tanto los problemas como las soluciones y por otro lado la parte política que desde adentro es donde se destruye un imperio o se construye una utopía

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  2. Exactamente, Enoc.

    Es importante jóvenes, que vayan analizando cada uno de los artículos publicados por que estos mismos serán los que evaluaremos en el FODA para el segundo parcial, es decir su proceso administrativo, estilos de dirección, aplicación de las teorías administrativas, etc.

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